Origen y Evolución

La génesis del arte minimalista está probablemente en el neoplasticismo holandés y en el constructivismo ruso, antecedentes lejanos históricamente pero formalmente bastante aproximados a nivel conceptual. Para entender mejor la relación, hagamos una breve síntesis de los dos movimientos:

- El neoplasticismo holandés propone “la construcción de un nuevo contorno según leyes creadoras, derivantes de un principio fijo”. La línea recta, los volúmenes prismáticos simples y los colores planos son las principales características formales de artistas com Van Doesburg o Mondrian.

Lo más interesante del neoplasticismo es que las obras realizadas ya no son lo más importante, sí lo son, en cambio, los fundamentos teóricos. Interesan, pues, el método, las ideas que subyacen a estas realizaciones.

- El constructivismo ruso se fundamenta en sus obras, abstractas en tres dimensiones con atrevidas especulaciones técnico-artísticas. Los constructivistas rechazan el arte y lanzan vivas apasionados a la técnica que transforma la realidad: ligan su trabajo a la industria para elaborar un “arte” de masas utilizando metal, alambre y trozos de plástico (materiales netamente industriales) y aplicando líneas puras en sus elementos. En general el constructivismo defendió los ideales del utilitarismo, el funcionalismo y la abstracción.

Frank Stella fue, sin duda, quien abrió el camino hacia el minimalismo con sus pinturas negras. Stella se propuso desterrar de la pintura el espacio pictórico tradicional e ilusorio sin hacer referencia a la iconografía popular. Pretendía así poner de manifiesto la pintura como objeto material. La ausencia de efectos de perspectiva y la relación estrecha entre colores y bandas dotaban a las telas de una apariencia de objetos, lo cual contribuía a una mayor intensidad, inmediatez e impacto visual.

El movimiento del estilo minimalista surge en la segunda mitad del siglo XX como una reacción contra el subjetivismo y emocionalismo del expresionismo abstracto. Se hace énfasis en la improvisación y la espontaneidad, proponiendo en su lugar un arte totalmente preconcebido, de ejecución anónima y de gran claridad, rigor conceptual y simplicidad.

El término "minimal" fue utilizado por primera vez por el filósofo Richard Wolheim en 1965, para referirse a las pinturas de Ad Renihardt y otros objetos de un alto contenido intelectual de bajo contenido formal o de manufactura, como los ready-made de Marcel Duchamp, a los que hemos hecho referencia anteriormente. Para algunos autores, las primeras fuentes del Minimalismo se encuentran en las obras suprematistas de Kasimir Malevich y en algunos trabajos de Vladimir Tatlin y Pied Mondrain. Entre los más destacados artistas minimalistas destacan: Ellsworth Kelly, Frank Stella, Donald Judd, Jules Olitski, Kenneth Noland y Jack Youngerman, entre otros.

Una obra artística que no expresa nada, que no nos hace sentir nada: minimalista. El arte minimalista no suele remitir a nada más que a sí mismo. Precisamente esta negación de toda función asociativa, la autorreferencialidad y los espacios blancos o neutros que los artistas minimalistas usaron para colocar sus "objetos específicos", responde a una motivación política que no podemos ignorar: los artistas pretendían crear un arte que pudiera existir sin el lastre de los contenidos e ideales de formación propios de la cultura burguesa. Despolitizar el arte y despojarlo de toda reminiscencia emocional o emanadora de sensaciones era un reto que los artistas se propusieron y que supuso "el principio del fin de la modernidad". L.Lippard afirmaba que el minimalismo había levantado una nueva clase de monumento funerario, palabras que enlazan con las de Nietzsche al decir que el nihilismo consiste en reducir el valor de la vida a lo mínimo.

El origen etimológico de nihilismo procede de la locución latina nihil (nada). De aquí se elabora el significado que se ha ido configurando en Occidente: pérdida de validez de los valores vigentes o carencia de valores. Por tanto el nihilismo fundamentaría la cultura de la nada, un sentimiento de rechazo a toda la historia occidental viciada por los falsos ídolos: el dinero, la religión, el estado, etc. La "nada" pasa a ocupar el centro de toda existencia, lo que sólo es posible si ocupa el lugar que en Occidente pertenecía por derecho a Dios.

Manuel Gutiérrez Tejedor